
Uno es pragmático, eléctrico y letal. Sufre cuando no tiene el balón pero, cuando la roba, tiene arriba unos seres diminutos con mucho peligro que destrozan defensas. Eran Pablo, Piatti, Bernat y Soldado, aunque podrían haber sido Mata, Jonas o Canales. El otro equipo tiene, por decirlo de alguna manera, más cuerpo. Tiene más posesión, más toque y, en consecuencia, incluso algo más de seguridad defensiva. Depende más del talento y de la inspiración para desequilibrar que de la explosividad, pero también vale. Es ahora cuando, parece que sí, coinciden en el Valencia los jugadores idóneos para el 4-3-3 que Emery lleva tiempo buscando. Sí, falta un central, un buen central. No se puede fiar un proyecto tan ilusionante a la suerte ni vivir con el corazón en un puño cada vez que a Rami parece que le duele algo. Por lo demás, Unai no tiene un equipazo, sino dos. Dos propuestas futbolísticas, una tan buena como la otra, con infinitas variables
No hay comentarios:
Publicar un comentario